Jn
10, 11-18
El Buen Pastor da la vida por sus ovejas, por todas y cada una. El Buen
Pastor es Cristo Resucitado. El Buen Pastor es el que nos “desenreda” de perder
el centro, el sentido, el rumbo de nuestra existencia. El que realmente hace
entrañable nuestro mundo, con forma de oveja, de ternura y corazón.
Al Buen Pastor le duelen sus ovejas, porque ha dado la vida por ellas. De
ahí que no podamos quedarnos igual ante esta cultura del “descarte”, de números
vacíos cuando no sentimos el dolor que sufren nuestros hermanos por todo el
mundo.
¡Desenrédanos, Señor Jesús, Buen Pastor, del egoísmo y la pasividad, de no
implicarnos en una fraternidad universal, según tu Corazón!.
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